Como fotógrafo de aventuras, he pasado la mayor parte de los últimos 10 años constantemente viajando, lo que significaba que cuando estaba en casa, rara vez me permitía tiempo para explorar los alrededores. Me he movido a un ritmo tan vertiginoso que a finales del año pasado comencé a sentir un agotamiento personal. No sabía que haría falta una pandemia para obligarme a mí y al resto del mundo a reiniciar. El oportuno consejo de un amigo en diciembre sigue resonando en mis oídos: “nunca nos damos suficiente tiempo libre”.
Al crecer en Sunshine Coast, Australia, estuve rodeado de fenomenales campamentos en la playa y aventuras de caminatas en el interior y, sin embargo, no había acampado en la playa en aproximadamente 10 años o más. Quizás una de las lecciones más importantes que me llevo es la de nunca dar por sentados estos lugares. Explorar mi hogar a través de la lente como adulto pinta una imagen bastante diferente y realmente permite más posibilidades de aventura.
Se presentó una ventana de clima ideal y decidí crear un viaje por carretera local épico donde regresaría a mi lugar favorito de la infancia, Fraser Island. Me aventuraría a Carnarvon Gorge, que siempre ha estado en mi lista de deseos, y luego terminaría en las aguas termales del desierto en las afueras de Cunnamulla. Aunque estos viajes no fueron a destinos lejanos, fui recompensado con encuentros increíbles que recuerdan el viaje de cualquier viajero. Desde el voluntario en Fraser Island que me mostró orquídeas nativas escondidas a plena vista, el viejo que nos detuvo para hilar (una larga historia) después de una caminata empinada en Carnarvon Gorge o Doug y Fiona en el Cunnamulla pub que nos preparó una excelente panceta de cerdo.
Estoy haciendo todo lo posible para navegar este año extraño, ya que continúa desafiándome emocional y mentalmente desde que mi trabajo desapareció casi de la noche a la mañana. Ha sido difícil equilibrar la apreciación de la libertad de tiempo mientras veo que las facturas siguen llegando a mi bandeja de entrada. La vida de un profesional independiente siempre ha sido espontanea y nunca una garantía de rutina, aunque este año realmente ha desafiado mi resistencia como creativo independiente. En los días malos en los que empiezo a caer en una espiral negativa, mis amigos cercanos me recuerdan que la respuesta suele ser “menos tiempo frente a la pantalla y más ejercicio”, un mantra simple que me ha salvado. Al final del día, el lado positivo de todo esto es darnos cuenta de que los encuentros casuales con otros seres humanos increíbles están a nuestro alcance, si simplemente nos aventuramos fuera de nuestra propia puerta.
Acerca del autor: Originaria de Australia, Krystle Wright es una Embajadora de Big Agnes y emprende aventuras y expediciones por todo el mundo con una cámara en mano. Una de sus mayores motivaciones es ver hasta dónde puede alejarse de los caminos trillados y buscar los rincones más remotos de este planeta con su clásico ingenio sarcástico australiano y su fino gusto por el tequila. Siga a Krystle Wright y sus últimas aventuras en Instagram en @krystlejwright